viernes, 14 de junio de 2019

MACROFOTOGRAFIA DE FLORES


            Hay dos cosas que me encantan de la macrofotografía de naturaleza. Una de ellas es común a la fotografía de naturaleza o de paisaje: el contacto con la naturaleza misma. El olor de las plantas y el de la hierba cuando estoy tumbado en el suelo buscando una perspectiva diferente o un punto de vista nuevo, la caricia del viento en la cara, la quietud, el silencio a veces... Es como una experiencia meditativa donde uno está consigo mismo y en completa comunión con el entorno. Por eso hay veces que conseguir buenas fotos es lo de menos. Estar ahí y ser consciente de todo eso ya es un regalo. ¡Si además salen fotos buenas, aún mejor!
         La otra es que la macrofotografía nos permite ver una realidad que se escapa a nuestros ojos. Gracias a ella podemos acceder a esa micro vida y a esos detalles, texturas y formas que están ahí y que nuestros ojos no pueden captar a simple vista.
Ayer estuve dando un paseo con la cámara, el objetivo macro y los tubos de extensión. Y aunque hacía viento (que es un mal amigo de la fotografía macro en exteriores), hice algunas fotos.








































































































































¡Espero que os gusten! Saludos y gracias

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