Los árboles empiezan a estar en flor. Y aunque tenga miles
de fotos de flores, cada vez que paseo por el campo y me encuentro con la
primavera cara a cara, no tengo el valor de decirle que ya no me interesa, que
ya la he tomado en ocasiones anteriores. Simplemente no puedo y sucumbo a su
belleza.
Entonces cojo mi cámara y me acerco a las flores con la
mirada más nueva y más pura posible, sabiendo que cada acercamiento es una
meditación diferente a las anteriores. Y cada vez lo disfruto como si fuera la
primera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario